Los datos surgen de las estadísticas públicas del Gobierno de la Ciudad y del Instituto Nacional de Formación Docente. El gobierno no escucha este análisis de la comunidad educativa y, para justificar la creación de la universidad, toma en cuenta la baja cantidad de egresados, pero no la de ingresantes.
“Alegan que es inviable económicamente porque se recibieron pocos docentes. Yo interpreto que esto significó una política de vaciamiento para justificar el cierre”, denunció una consejera directiva del Joaquín V. González.
El proyecto de creación de una universidad de formación docente presentado el miércoles pasado por Horacio Rodríguez Larreta y Soledad Acuña ante empresarios, no fue escuchado hasta entonces por ninguno de los rectores de los 29 institutos de formación docente porteños. De hecho, sus consejos directivos redactaron notas de rechazo por lo inconsulto y porque esa universidad implicaría el cierre de los terciarios.
Vanesa Zito Lema, rectora electa del profesorado Alicia Moreau de Justo, docente de psicología social, respondió para esta nota: “Todos los años hay un número altísimo de ingresantes. Los institutos de formación docente trabajamos desde hace años para que los estudiantes terminen las carreras. En 2014, los institutos para profesorados de educación media aumentaron la carga horaria.
Se tomaron el Joaquín V. González y el Alicia Moreau de Justo en contra de esa reforma. Además, se pretendía igualar el plan de estudio de las escuelas públicas con los privados, donde los segundos imponían a los primeros, que ya tenemos cien años de historia. Este conflicto concluyó con un plan de estudio que aumentó muchísimo la carga horaria. Se tienen que hacer cargo de eso”. Marisa Bolaño, consejera del Instituto Superior del Profesorado Joaquín V. González, denunció: “Alegan que es inviable económicamente porque se recibieron pocos docentes. Yo interpreto que esto significó una política de vaciamiento para justificar el cierre”.
Para egresar y ser docentes de secundaria, deberían cursar 10 materias por año, equivalente a cuatro horas cada día de semana, sumado a los viajes y al estudio complementario. En el caso del profesorado de primaria, el PRO lo estiró de 3 a 4 años, si se cumple con las mismas condiciones.
El gráfico muestra cuántos estudiantes se recibieron entre 2012 y 2015 sobre el total de estudiantes de formación docentes y sobre los que estudian en establecimientos estatales. Así, el promedio de egresados sobre estudiante entre 2012 y 2014 fue del 4,4%.
“Toman como participativa su encuesta en los portales digitales y redes sociales del gobierno y sus funcionarios donde preguntan: ‘¿Estás de acuerdo con que la carrera docente pase de ser terciaria a universitaria?’”, reprochó Bolaño. “Hacen responsables de los problemas educativos a los docentes y desresponsabilizan al Estado”, agregó, y redirigió el problema: “Todo se posiciona en lo individual. Si te va mal es por culpa tuya, dicen a los emprendedores. Dicen que la escuela está mal, no porque los docentes estén mal pagos, porque los estudiantes no tienen los elementos mínimos indispensables para desarrollar los aprendizajes, sino porque ‘los docentes están atrasados, no se actualizaron, no saben enseñar. Eso empieza a generar un sentido común sobre los docentes. Instalan que cobramos 28 mil pesos. La solución, para ellos, es jerarquizar la formación docente. ¿Cómo? Yendo a la Universidad”
La impronta del Banco Mundial
“La impronta de la reforma la tenemos que tomar desde 1990, con la reforma de Jomtien, Tailandia, cuando se escribió el documento Educación para Todos, en la Conferencia Mundial”, aseguró a lavaca.org Darío Balvidares, ex rector del Hipólito Vieytes e investigador en política educativa. Para él, las reformas educativas que propone el gobierno se basan en documentos fundantes como el informe de la Unesco firmado por Jacques Delors, “La educación encierra un tesoro” (1996), que recomienda a los gobiernos restablecer los vínculos “público-privados”.
“En los 90, cuantiosos documentos de la organización de Estados Iberoamericanos ya planteaban la noción del docente facilitador. Estamos inmersos en una invasión que se abrió el paraguas por estos 30 años. En el 1992, la Ley Federal de Educación. En 2006, la Ley Nacional de Educación. Ahora, el plan maestro, que es el marco para la nueva escuela secundaria”. En esa misma línea, el Banco Mundial publicó en 2014 el libro Profesores excelentes. Cómo mejorar el aprendizaje en América Latina y el Caribe.
Jaime Saavedra, economista director de Educación de ese organismo y exministro nacional peruano, declaró a Pagni: “Lo más importante es que la profesión docente sea valorada socialmente. No depende solamente de la capacitación. En parte depende de los beneficios laborales. Tiene que ser percibible que es difícil entrar a la carrera, que hay crecimiento profesional, que es efectivo. La efectividad se da por si los chicos aprenden o no. Por eso son importantes las pruebas PISA”.
¿Dónde se forman los docentes?
En la zona suroeste de la Ciudad, no solamente faltan vacantes para el nivel inicial, sino también espacios estatales para la formación docente. Solo el 0,48 por ciento de los habitantes de las comunas 8, 9 y 10 son estudiantes de formación docente. 4,51 por ciento lo son en la comuna 3. 2,12 en la 6. Como demuestra el mapa, solo la Escuela Manuel Yrurtia está en esas comunas, pero está especializada en Bellas Artes.