Maia Jastreblansky es periodista, estudió Ciencias de la Comunicación en la UBA, trabaja en La Nación y es profesora en la Universidad de Palermo. En su trayectoria como periodista de investigación, fue seleccionada entre los 376 periodistas de todo el mundo que investigaron el entramado de los Panama Papers, que se publicó de forma simultánea en el año 2016. Asimismo, fue distinguida en los premios FOPEA por su trabajo de investigación titulado Quiénes son los dueños extranjeros de la tierra argentina.
En la entrevista realizada, conversamos sobre las oportunidades, las limitaciones y los desafíos del periodismo de datos, herramienta que concibe como una parte del periodismo de investigación. También relató sobre su experiencia con el trabajo de los Panama Papers.
-Haces principalmente periodismo de investigación, pero sumas a tu trabajo elementos del periodismo de datos, ¿cómo trabajas las notas de periodismo de datos? ¿Por qué lo elegís como método de trabajo y que diferencial aporta incorporarlo?
-MJ: El periodismo de datos permite encontrar historias periodísticas en base a información que muchas veces está en bases abiertas y que en otros casos es pública y se tramita a través de un pedido de acceso. Es una forma de encontrar irregularidades, desvíos, o simplemente cuestiones de interés en base a información que está disponible, que a simple vista no dice nada y que requiere una elaboración y una mirada crítica. Muchas veces de ese análisis de datos surgen otras historias. Pero para eso hay que hacerle preguntas a los datos. Por ejemplo, si una empresa fue más beneficiada que otras en las compras de la pandemia, ¿quiénes son sus dueños? ¿tienen alguna relación con los funcionarios? Si hay cien aportantes de campaña ¿Quién es el mayor aportante? ¿Es el que figura con mayor monto a simple vista o debo sumar distintos aportes hechos por distintas sociedades de un mismo holding? En ese caso no es solo el dato en sí mismo, sino las historias que se descubren a partir de los datos. El periodismo de datos también se puede incorporar a distintos trabajos periodísticos. Por ejemplo, si debo hacer una radiografía de la performance del gabinete, puedo incorporar en un párrafo el dato de qué porcentaje del presupuesto ejecutó cada ministro, como un indicador del nivel de actividad que tuvo cada cartera.
-¿Insume mucho tiempo sumar este método? Cuando lo utilizas, ¿cómo se conforma el equipo de trabajo?
-MJ: Sí, insume tiempo porque en general se deben conseguir los datos (un pedido de información pública demora como mínimo dos semanas), y luego se debe normalizar la base en un Excel, y procesar los datos. Para eso trabajamos en equipo con LN Data, con periodistas que nos ayudan a encontrar las bases y a procesar los datos de acuerdo a la necesidad, además de los infógrafos que hacen las visualizaciones online. Muchas veces pensamos y redactamos las notas juntos. Es una sinergia.
-¿Cómo ves el periodismo de datos en Argentina? ¿Mejoró desde que se sancionó la ley de acceso a la información pública?
-¿Cuáles son los elementos centrales para que esta práctica pueda continuar desarrollándose? ¿Y cuáles consideras que son las principales limitaciones?
-Formaste parte del equipo de Argentina que, en un total de 376 periodistas de todo el mundo, analizaron de forma confidencial los Panamá Papers. La filtración que abarca un período de 38 años y tiene hallazgos que implicaron a lideres mundiales, ex funcionarios, magnates. ¿Cómo fue la experiencia? ¿Cómo trabajaron tantos datos y tan complejos?
-MJ: La experiencia fue interesante e intensa. Antes de la revelación trabajamos varios meses a destajo, con pocas horas de sueño y dedicación casi exclusiva en las horas no laborales, ya que continuamos con nuestro trabajo habitual, manteniendo la confidencialidad en el diario. Trabajamos con distintos sistemas confidenciales. Teníamos un «buscador» dentro de los 11 millones de documentos donde hacíamos búsquedas por palabras clave, que no eran sencillas porque difícilmente las sociedades offshore están a nombre de la persona interesada. Hicimos muchos listados de personas políticamente expuestas y sus «contactos estrechos» para cruzarlas contra la base (que además llegó por tandas, por lo que tuvimos que repetir las búsquedas varias veces). Además teníamos una suerte de «red social» interna donde compartíamos los hallazgos con colegas de otros países.
-Además de esa experiencia, ¿has tenido más trabajos de periodismo de datos con medios de otros países? ¿Cómo ves la posibilidad de hacer periodismo de datos transnacional?
-MJ: No, mi única experiencia fue con ICIJ. Además de Panama Papers, con el consorcio hicimos Paradise Papers, Panama Papers II e Implant Files (una investigación que tuvo poca repercusión pero muy interesante sobre la industria de los dispositivos médicos).
-A través de un trabajo de impacto global, ¿podes constatar algún tipo de respuesta del público gracias a la utilización del periodismo de datos?
-MJ: A partir de las notas de Panama Papers muchas personas perjudicadas se comunicaron con nosotros para hacernos llegar más información. Nos sucedió que muchas investigaciones que publicamos tiempo después tuvieron como punto de origen Panama Papers. Respuesta del público se verificó en la repercusión, en las redes (con muchas voces a favor y otras muy críticas hacia nosotros). En términos generales, creo que hubo una mayor comprensión de cómo funciona el mundo offshore.
-En general, cuando realizas investigaciones, ¿qué importancia tienen las visualizaciones en las notas? ¿Qué tenés en cuenta a la hora de hacer visualizaciones para las notas?
-MJ: Las visualizaciones, siempre que es posible hacerlas, tienen mucha relevancia ya que acompañan el texto, permiten una mejor comprensión e incluso son atractivas para el lector, que puede interactuar con ellas. Tengo en cuenta que los datos de la nota y de la visualización tienen que corresponderse. Es difícil hacer una nota tendenciosa si hay una visualización al lado. La viz es la que saca a la luz dónde está el desvío o cuál es el dato que resalta.
-¿Cuáles son los desafíos del periodismo en general frente a un escenario donde todos los trabajos y oficios parecen reconfigurarse? ¿Cómo te gustaría que sea el periodismo en los próximos años?
-MJ: Me gustaría que haya buen periodismo en Internet. Que no haya una falsa dicotomía entre el periodismo de calidad y el periodismo online. Y que los lectores entiendan que deben pagar por los contenidos, porque sino nuestro trabajo está en riesgo y viviremos en un mundo de noticias falsas.